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La ansiedad, esa reacción general de activación del organismo, que se pone en marcha en multitud de situaciones de la vida, constituye uno de los componentes nucleares del estrés.
La ansiedad y el estrés, son fuentes de malestar y sufrimiento en muchas personas: niños, adolescentes y adultos, que se mantienen a lo largo de meses o incluso años.
Los efectos principales del estrés sobre el organismo son: activador de alergias, provocan gastritis, úlceras gástricas o intestinales,…; las cefaleas tensionales o migrañas, los dolores articulares, la artritis reumatoide, el síndrome de colon irritable, la hipertensión esencial, los desajustes hormonales, las arritmias cardíacas, … son algunos ejemplos de alteraciones físicas resultado del estrés, agudo o crónico.

: ¿Qué es la ansiedad?

La respuesta de ansiedad es una emoción más que experimentamos todos los humanos y animales no humanos. La respuesta de ansiedad es considerada altamente adaptativa, es decir, que esta respuesta emocional ha tenido un importante valor para la adaptación de la especie al entorno. La ansiedad puede resultar molesta para la persona que la experimenta pero de ninguna forma resulta peligrosa. Cuando percibimos un peligro, sea real o imaginario, reaccionamos mediante la respuesta de ansiedad. Esta respuesta emocional produce una serie de cambios bruscos en el funcionamiento del organismo que tienen como fin prepararlo para afrontar ese peligro mediante las respuestas de lucha, huida o paralización. Así, de forma brusca el organismo experimenta una serie de cambios de los cuales los más importantes son:
• Aumento de la tasa cardíaca
• Aumento de la tensión arterial
• Aumento de la tasa respiratoria
• Desplazamiento de la sangre desde los órganos internos hasta las extremidades
• Dilatación pupilar
• Vasoconstricción periférica (se contraen los vasos sanguíneos más periféricos de forma que si en esa lucha el organismo resultara herido habría menos riesgo de desangrado)
Estos serían los cambios que se producen en el organismo, pero lo que la persona va a experimentar, o las sensaciones que tendrá serán algunos de los siguientes:
• Calor
• Sudor
• Temblor
• Taquicardia
• Ahogo
• Mareo o vértigos
• Náuseas, vómitos
• Sensación de inestabilidad física
• Sensación de irse a desmayar
• Dolor u opresión en el pecho
• Entumecimiento u hormigueo (sensación de «dormirse» las manos, brazos, etc)
• Sensación de irrealidad
• Despersonalización o sentirse separado de uno mismo, etc.
Alguna de estas sensaciones son las que se experimentarían al ponerse en marcha la respuesta de ansiedad o la «respuesta de alarma».

Cuando esta respuesta de ansiedad se produce ante un estímulo que es interpretado como peligroso por la persona (ejemplo: ante un examen, atraco, accidente, etc) el efecto que produce es positivo ayudando a un mejor afrontamiento de la situación.

Cuando la ansiedad se produce ante estímulos que no suponen ningún tipo de peligro y dicha ansiedad y las conductas de evitación asociadas provocan un malestar en la persona y/o dificultades para un funcionamiento normal, nos encontramos ante los llamados trastornos de ansiedad.

. Entre los más frecuentes estarían:
• Fobias específicas
• Trastorno de pánico con/sin agorafobia
• Agorafobia sin historia de trastorno de pánico
• Trastorno por ansiedad generalizada
• Trastorno obsesivo-compulsivo
• Trastorno por estrés postraumático, etc.
Por último es conveniente también tener claros algunos conceptos. A veces las personas acuden a consulta diciendo que le han diagnosticado «ansiedad». Este término no tiene ningún significado dado que como hemos explicado todas las personas experimentamos ansiedad. Lo importante en estos casos es conocer cuáles son las características que presenta esa persona, por tanto, qué trastorno de ansiedad padece y diseñar el tratamiento más adecuado.

Otra cuestión importante y desconocida por la mayoría de las personas es que en la mayoría de los trastornos de ansiedad los tratamientos psicológicos son más eficaces que los tratamientos farmacológicos. Esto está demostrado claramente en las distintas investigaciones realizadas. No obstante, también es importante considerar que con la medicación mediante ansiolíticos estamos bloqueando farmacológicamente la respuesta de ansiedad . No obstante, el más simple de los trastornos de ansiedad presenta numerosos componentes cognitivos, emocionales, y comportamentales que van a requerir de una modificación específica algo más compleja que la mera ingesta de un ansiolítico. También hay que tener en cuenta que el tratamiento farmacológico de los trastornos de ansiedad, en los casos graves, puede conllevar incrementos progresivos de las dosis de ansiolíticos aumentando el riesgo de dependencia.
Tipos de trastornos de Ansiedad:
– Fobias: específica y social
– Trastornos de angustia con y sin agorafobia
– Trastorno ansiedad generalizada
– Trastorno Obsesivo Compulsivo
– Trastorno estrés post-traumático

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