Desde una perspectiva clínica el maltrato doméstico se refiere a las agresiones físicas, psicológicas, sexuales o de otra índole, llevadas a cabo reiteradamente por parte de un familiar y que causan daño físico y psicológico y vulneran la libertad de otra persona.

 

Los actos comunes de maltrato psicológico son insultos y amenazas de agresiones físicas y de muerte,  humillaciones, desvalorizaciones, aislamiento social y familiar, penurias económicas, infidelidad,  amenaza de lanzamiento de objetos y agresiones sexuales. Además de estas conductas violentas, el agresor arremete, en muchos casos, contra los objetos del hogar tanto en el maltrato físico como en el psicológico.

 

La distinción entre maltrato físico y maltrato psicológico se realiza en función de los actos cometidos por el agresor y no en función de sus consecuencias. Aun teniendo en cuenta que siempre que se produce una agresión física o sexual existe un maltrato psicológico, hoy en día podemos afirmar que, en oposición a la creencia generalizada durante años, el maltrato psicológico puede producir consecuencias tan graves como el físico.

 

Sin embargo, en la experiencia clínica diaria se sigue observando una mayor frecuencia de víctimas de violencia física que, por otro lado, a medida que pasan los años va en aumento y una disminución significativa de víctimas de maltrato psicológico. El maltrato físico es la forma más evidente de violencia familiar y, generalmente, son las lesiones que se pueden ver las que constituyen la prueba de que el problema existe.

 

La violencia doméstica supone un atentado a la dignidad de la persona: a su integridad física, a su honor, a su libertad. Y violencia no sólo es el golpe o la paliza, violencia también es ignorar y menospreciar los sentimientos, deseos u opiniones.

 

Factores que influyen en la aparición de los malos tratos:

– Antecedentes de malos tratos en la familia

–  Desvalorización de la persona.

– La idea del amor romántico

–  Falta de proyecto de vida personal al margen de la pareja.

 

Si contestas a algunas de estas preguntas de forma positiva, es posible que estés siendo víctima de maltrato:

  • ¿Te insulta? ¿Te amenaza? ¿Te hace sentir que tus ideas tienen poco valor?
  • ¿Hace comentarios humillantes delante de tus hijos/as o de cualquier otra persona?
  • ¿Te impide ver a tu familia, tener relaciones?
  • ¿Te obliga a mantener relaciones sexuales aunque a ti no te apetezca?
  • ¿Decide sobre lo que puedes o no puedes hacer?
  • ¿Ejerce un control total sobre el dinero, incluso sobre el tuyo propio?
  • ¿Valora tu trabajo de forma despectiva?
  • ¿Cuándo se enfada, te empuja o golpea de alguna manera? ¿Rompe cosas?
  • Te dice cosas como “¿Tú a dónde vas a ir?”
  • ¿Te ignora, no te habla o no te escucha cuando hablas?
  • ¿Te dice que eres  inútil y nada de lo que haces está bien?
  • ¿Llega a darte miedo en algunos momentos?
  • ¿Se muestra especialmente celoso sin razón, acusándote de coquetear con unos y con otros?
  • ¿No respeta ni tiene en cuenta tus necesidades?

No dudes en pedir ayuda. No pienses que la situación va a cambiar si no actúas.