Comenzamos un momento nuevo de desescalada del confinamiento, esto hará que se viva esta nueva situación de diferentes formas, no todos lo vivenciarán de la misma manera. Dependerá de muchos aspectos y puede afectar tanto a niños como a adultos, dependerá de la forma en la que perciba el “salir de nuevo a la calle”.

 

Nos hemos acostumbrado a no salir a la calle, y eso nos lleva a una percepción de seguridad de la que a algunas personas les puede costar salir. Enfrentarnos a la incertidumbre, nos hace en ocasiones pensar que no va a ser seguro salir a la calle, y que mejor, seguimos quedándonos en casa. Pondremos mil excusas para no salir: tengo riesgo, puedo quedarme hasta que esto pase y sea totalmente seguro salir, pero ese sentimiento buscado de seguridad plena, no existe, ni en esta situación ni en ninguna de nuestra vida.

 

Las sensaciones que podemos experimentar al salir del confinamiento tras todas estas semanas son variadas y pueden llegar a ser muy intensas. Ansiedad, ahogo, sudoración, perdida de realidad por instantes, agobio, nudo en el estómago, hipervigilancia, a las que llegamos por la percepción subjetiva de la situación.

 

Ahora saldremos más protegidos que antes, conocemos las medidas de seguridad, la distancia, el necesario lavabo de manos, uso de mascarillas en determinados espacios… en definitiva, nos hemos acostumbrado e interiorizado las medidas necesarias para efectuar una salida gradual de forma más segura que antes.

 

Lo importante es este momento para evitar tener fobia social, agorafobia, u otros problemas asociados a esta nueva situación es prevenirla.  Cuánto más prolonguemos el confinamiento, más difícil nos resultará volver a la normalidad. Lo mejor para llevarlo a cabo es hacer un período de adaptación, vamos a tener reacciones fisiológicas que son normales, no hay que preocuparse por ellas. Nunca antes habíamos vivido una situación de pandemia similar de esta dimensión, esto ya ha sucedido en largos procesos de pérdida de libertad  u hospitalizaciones temporalmente muy largas.

 

Tendemos a adaptarnos a las situaciones, así hemos conseguido sobreponernos a esta situación de confinamiento necesaria, pero impuesta, no ha sido elegida. Para superar las sensaciones nuevas que vamos a vivir, lo mejor es hacerlo de forma progresiva, sólo que debemos forzarnos algo, si vemos que vamos posponiendo con mil excusas, salir de nuevo a la calle.

 

En lugar de salir una hora entera, podemos salir media hora, no es necesario alejarse un kilómetro, primero podemos dar una vuelta a la manzana y volver a casa. Si vemos que estamos muy descontrolados o la situación me genera un malestar muy intenso, nos indica que hay un problema,  que no se va a quitar si no hacemos nada y esperamos a que pase. No debemos olvidar que tener temor es normal, pero si este nos incapacita para mantener las rutinas y mantener relaciones sociales, es necesario pedir ayuda profesional.