El trastorno específico de la lectura (Dislexia) se caracteriza por un deterioro de la capacidad para reconocer palabras, lectura lenta e insegura y escasa comprensión. Ello no es debido a factores como la baja inteligencia o a deficiencias sensoriales significativas. Con frecuencia, viene acompañada de otras alteraciones en la expresión escrita, el cálculo o algún otro tipo de trastorno de la comunicación.

 

Algunos signos de detección precoz de la Dislexia:

1) Falta de conciencia fonológica, es decir:

  • Confunde fonemas, los invierte
  • Le cuesta percibir los fonemas
  • Integra fonemas
  • Segmenta fonemas

2) Falta de memoria secuencial auditiva para:

  • Recordar números
  • Recordar frases
  • Recordar órdenes

3) Dificultades de acceso al léxico para:

  • Denominar colores
  • Denominar dibujos
  • Acceder al vocabulario durante el discurso
  • Hacer asociaciones semánticas

4) Dificultades en la lectura, es decir, presenta:

  • Baja velocidad lectora
  • Omisiones
  • Substituciones
  • Inversiones

5) Dificultades en la escritura, es decir, presenta problemas de:

  • Caligrafía
  • Omisiones
  • Sustituciones
  • Inversiones
  • Adiciones

Otros signos de alerta:

Aparecen trastornos en los procesos madurativos como por ejemplo, en la percepción, la psicomotricidad y la atención, es decir, presentan dificultades para, coger el lápiz, recortar etc. Su trazo es inseguro, les cuesta hacer lazos o nudos, no distinguen correctamente entre derecha e izquierda, delante o detrás etc.

Presentan dificultades en el uso del tiempo: mañana/tarde/noche, ayer/hoy/mañana etc.

Pueden confundir el orden de los días de la semana, meses etc.

Les falta habilidad en el cálculo, pueden confundir por ejemplo, la suma con la resta, o bien memorizar, reproducir o aplicar las tablas de multiplicar.

Presentan problemas de memoria, por ejemplo, olvidan anotar los deberes en su agenda, olvidan fácilmente lo que acaban de aprender etc.

Les cuesta realizar diversas ordenes a la vez si las reciben todas seguidas, por ejemplo, ves a tu cuarto, trae tus libros, y apaga la luz al salir.

La dislexiaes fácil de reconocer o por lo menos sospechar, si las personas que rodean al niño conocen las características. Una identificación temprana de la situación y un tratamiento adecuado y continuo puede ayudar al estudiante a superar esta barrera y a llevar una vida relativamente normal.

La dislexia o trastorno específico de la lectura, a pesar de que son varios los factores que pueden influir en su aparición y desarrollo, tiene un claro origen neurobiológico y, por tanto, no obedece al capricho, desmotivación o mala actitud del niño hacia la lectura.

No está causada por un bajo nivel de Inteligencia. Los niños disléxicos, en general, tienen buenas capacidades intelectuales fuera de los procesos específicos de la lectura y escritura.

Los niños disléxicos, tienen su propio ritmo de aprendizaje y parten con clara desventaja respecto a los niños que no tienen estos problemas. No ridicularizar delante de otros ni hacerle sentir culpable. Se trata de un trastorno que el niño debe saber que conocemos para poder ayudarle adecuadamente.

Darle todo el soporte en clase: Efectuar la evaluación academica oralmente siempre que sea posible. Valorar ante todo su esfuerzo e interés más que sus resultados respecto al nivel del resto de la clase. Proporcionarle un entorno físico adecuado, con pocos elementos distractores (ventanas, sitios de paso, etc.). Dotarle de ayudas para corrección de textos y/o calculadoras para problemas de cálculo si le pueden ayudar. Necesitará más tiempo que sus compañeros para efectuar el mismo trabajo.

Es conveniente no agobiar al niño con  exceso de trabajo. El niño disléxico tiene mucha más dificultad para centrar y mantener la atención. Procurar graduar el tiempo de trabajo y ser flexible según las necesidades del niño. Reforzarlo adecuadamente y desdramatizar las situaciones. No hacerle repetir trabajos por haberlo hecho mal salvo situaciones excepcionales. Buscar ejercicios que le resulten lúdicos y le puedan asegurar, al menos de inicio, algún éxito.

Probablemente necesitará atención individualizada por parte de profesionales especializados.

Se trata de un trastorno crónico y, por tanto, las dificultades estarán siempre presentes aunque con diferentes consecuencias. En la etapa escolar es cuando se produciran los mayores conflictos al no poder seguir el ritmo de sus compañeros. En la etapa adulta persistirá un cierta dificultad en la fluidez y comprensión lectora pero sin mayores consecuencias. En todo caso, dependerá de la correcta atención y tratamiento recibido en la infancia.

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