En ocasiones nos aparecen emociones intensas que activan fisiológicamente nuestro cuerpo.

Pensamos sobre algo que nos preocupa, nos entristece o nos enfada y aparece una emoción muy intensa que activa nuestra respiración, el latido, aparece un nudo en el pecho o en el estómago… no nos concentramos en nada. Y esta respuesta nos resulta muy molesta y se escapa a nuestro control.

Hay muchas formas de trabajar con esa emoción, hoy vamos a entrarnos en el mindfulness. En la atención a esa emoción, sin la necesidad de responder.

Vamos a comentar diferentes pasos a seguir para gestionar emociones intensas con Mindfulness.

1.- NOS PARAMOS A OBSERVAR

Cuando aparece una emoción intensa, lleva la atención a ese proceso interno que está teniendo lugar, párate a observarlo, percibe dónde lo sientes.

2.- RESPIRA PROFUNDAMENTE Y DEJA UN ESPACIO A LA EMOCIÓN

Una vez que has percibido en que parte de tu cuerpo sientes la emoción, donde se produce esa tensión o contracción, intenta llevar tu respiración a esa zona, respira pensando en esa zona de tu cuerpo, al hacerlo podrás percibir como la zona se aligera, como se crea un espacio en lugar de un bloqueo en esa parte del cuerpo.

3.- TOMA CONCIENCIA DE LA EMOCIÓN

Las emociones no son buenas ni malas. Son necesarias. A través de la observación de esa emoción y de su manifestación corporal podemos reconocerla y sin juzgar intenta ver que quiere decirte.

4..- ACEPTALA Y PERMITE QUE ESTÉ CONTIGO

En lugar de luchar contra la emoción, déjala entrar, siéntela en tu cuerpo, reconoce que está ahí )en tu pecho, en tu garganta, en tu estómago…). Si no luchas contra ella desaparecerá en poco tiempo. La función que tenía su aparición ya ha cumplido su función.

5.- SE COMPASIVO CONTIGO

Trátate como tratarías a alguien que está pasando por una momento difícil. A menudo, nos tratamos con más dureza de lo que tratamos a los demás, somos muy duros en nuestros juicios con nosotros mismos. Incluso cuando te sientes así acepta esa parte de ti.

6.- SUELTA LA EMOCIÓN Y DÉJALA IR

Ahora ya puedes dejar a la emoción que se vaya, es una parte de ti, pero es solo una moción, no eres tú, tiene unas manifestaciones físicas que pueden ser alimentadas o no con tus pensamientos. Deja que se vaya. Una vez que se ha ido podemos volver a la tranquilidad.

7.- HACER O NO HACER

Una vez que has despedido a tu emoción, es el momento de pensar si debes o no actuar. Es el momento de decidir, pero no desde la emoción sino desde la consciencia, desde la comprensión de por qué nos ha aparecido esta emoción tan intensa, que nos ha querido decir.

La mayoría de las veces esa emoción nos está queriendo decir algo y no es necesario que hagas nada más, otras veces si será necesario iniciar algún cambio en el momento en el que te consideres preparado para ello.

8.- AGRADECE

Esa emoción está ahí para que crezcas, para que te desarrolles como persona, así que agradece su aparición y toma consciencia de haberla vivido con presencia.

Con estos breves pasos, la gestión de nuestras emociones intensas puede resultar más fácil en las situaciones en las que necesitamos que disminuyan la intensidad y volver a tomar el control de nosotros mismos sin la intervención de la emoción como guía de nuestros pensamientos.